El contraste del paisaje en Granada cuenta, desde siempre, con innumerables admiradores. A mediados del siglo XIX, pintores y artistas quedaron fascinados por esta provincia única en el mundo por su belleza, sus singulares campos y bosques, el azul profundo de su cielo y la blancura de su sierra.
Motivo de todo este conjunto de contrastes hace de Granada un lugar exclusivo para que llevar a cabo vuestras vacaciones a caballo. En las rutas que realicéis, los paisajes, la flora y la fauna cambiarán constantemente. Al lomo de vuestro caballo veréis campos de secano, montes de chaparros, hectáreas de olivares y almendros, y hazas de ricos cultivos en la Vega. Junto con una rica fauna de conejos, jabalíes, cernícalos, zorros… que pueblan estas comarcas que nunca olvidaréis.
Debido a la diversidad climatológica, hacen de Granada un lugar único y diferente para montar a caballo en cualquier época del año. En primavera el clima es suave, en verano cabalgar al amanecer es un don reservado a los dioses, en otoño la temperatura es apacible y agradable, el invierno es soleado y exclusivo.
Granada posee una cultura milenaria. La erudición musulmuna de los pueblos, revela un rico pasado arquitectónico, gastronómico y cultural.
Su gastronomía es heterogénea, sus guisos incluyen las mejores recetas de pescado, carne, verduras y frutas. Y el vino cultivado en la zona, es irresistible.
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