Se encuentra situado por encima del Generalife y es una estructura monumental de la etapa nazarí. Su capacidad máxima es de 400 metros cúbicos, disponiendo de tres grandes muros, todos ellos realizados en obra de mampostería encintada y anclados en la roca. De los cuales, dos tienen forma de rampa, lo que permite el acceso a una especie de terraza. El otro, tendría las funciones de mirador. A éste último se accede por unas escaleras de dieciséis peldaños, realizadas en ladrillo.
Junto al albercón se observa unos andenes en forma de espiga, que dan paso a un pequeño canal que llegaba hasta una pileta rectangular, estructurada con arcos de descarga y enlucido interior, donde se decantaban las aguas. El canal suministraba agua procedente de un pozo de gran profundidad, que guardaba una galería semienterrada de más de cincuenta metros y diferentes tramos.
El primero iba desde el pozo grande, en donde había ubicada una noria, hasta otro de menor dimensión y profundidad, que servía para controlar el flujo del agua por la galería subterránea, se excavó en la roca madre reforzándose con una cincha de ladrillo. El segundo tramo disponía de un muro en su parte más elevada, que serviría para formar una terraza de cultivo. Por último, el tercer respiradero tomaba el agua de la Acequia Real, en concreto del ramal del Generalife, para llevarlas hasta un pozo profundo de donde era izada por medio de una noria
En definitiva, el Albercón de las Damas fue una gran obra de ingeniería que se explica por el crecimiento de la población de la Alhambra y de las propiedades de la familia real nazarí en Granada.
Actualmente el albercón se encuentra perfectamente rehabilitado y abierto al público, pudiéndose observar los huecos de las galerías, la entrada de agua al pozo, la noria y el canalillo.
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