martes, 18 de febrero de 2014

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (1991)

"El silencio de los corderos" es una genialidad en todos los sentidos, valorarla me produce un gran placer, pues me hace retroceder en el tiempo y recordar a Anthony Hopkins vestido de presidiario con el uniforme pulcramente embutido, mirando a través de la cristalera de su celda a la agente especial Clarice Starling. La película fue y sigue siendo el trhiller psicológico de terror mejor interpretado por sus protagonistas; la actuación de Anthhony Hopkins no se puede valorar con ningún adjetivo por muy superlativo que sea, pues es inimaginable pensar en el refinado asesino en serie Hannibal Lecter, sin pensar en el actor. Verlo mostrando aquella mirada azul glauca, traspasando con sus pupilas la pantalla del cine, es algo imborrable; así como los gestos elegantes del que fuera un distinguido psicoanalista de gran inteligencia ahora convertido en el psicópata más popular de Estados Unidos. Su papel le valió el Oscar, además de otras distinciones de índole internacional como el Globo de Oro. 
La coprotagonista de Anthony Hopkins en "el silencio de los corderos" fue Jodie Foster, una de las mejores actrices de Hollywood como lo demuestra su rico palmarés, interpretando a una agente especial del FBI, esta actuación le valió la catalogación de ser la sexta actriz más grande en la historia del cine.
En "el silencio de los corderos" no hay que olvidar al actor Scott Glenn que, muy en su línea, hace meritoria su interpretación de jefe de división de perfiles psicológicos de asesinos en serie del FBI, dándole una gran credibilidad al personaje. Ni tampoco a Jonathan Demme, director del film por el que recibió un Oscar, que supo crear un ambiente psicológico, de terror y tensión propio de los maestros del celuloide.
La película recibió multitud de premios, en todos los niveles, sobresaliendo cinco Oscars a mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz y mejor guión adaptado.

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